Este 2022 se cumplieron 100 años del estreno de Nosferatu: la sinfonía del horror, la película más conocida del director Friedrich Wilhelm Murnau. Un siglo y esta pieza aún se considera una obra clásica y excelentemente lograda del cine del terror alemán, la cual inicia una fructífera representación de Drácula.
Para los fanáticos más jóvenes del género, esta película muda y en blanco y negro, carece de muchos de los complementos que hoy caracterizan a las cintas de miedo. Sin embargo, no por ello deja de ser un título increíble y muy digno de recordar. Con una historia muy particular.
Cuando Murnau tuvo la idea de hacer la película, la producción no logró conseguir los derechos para utilizar al personaje de Bram Stoker. Así se tomó la decisión de usar el argumento, pero cambiar el nombre de los personajes. Es por ese motivo que el famoso vampiro en Nosferatu se llamó el Conde Orlok. No obstante, eso no fue suficiente para evitar una demanda por plagio, lo que provocó que la película fuera sacada de los cines alemanes.
Esto puede ser el final de esta obra maestra, pero la historia logró calar en el gusto y desde su estreno rápidamente viajó por Europa y Estados Unidos. Gracias a ello fue imposible retirar todas las copias de la cinta, es más, múltiples versiones piratas de la peli se han conservado.
Nosferatu y su relación con el expresionismo alemán
Esta corriente estética se caracterizó por los ambientes muy cargados, el simbolismo, los contrastes entre luz y oscuridad y una deformación de lo real que puede llevar a la locura. El vampiro Orlok es exagerado en su fealdad, de ojos enormes y una mirada espantosa, un cráneo desproporcionado y colmillos grandes. Este es el personaje de la inmundicia y que genera una gran repulsión.
El productor de la cinta, Albin Grau, trabajó para usar locaciones reales que son el escenario desde donde el Conde Orlok acecha a sus víctimas. Esto significó una propuesta diferente que elevó considerablemente los costos de filmación. Sin embargo, la inversión valió la pena, porque la fotografía del film es muy destacada. Por supuesto, la visión de Murnau supo aprovechar los recursos para darnos una versión de Drácula sin la elegancia que se percibe en la novela.
El valor atemporal de la película
Es muy cierto que esta cinta es un fiel testimonio de una época marcada por lo escabroso de la Primera Guerra Mundial. La muerte, las mutilaciones y la enfermedad eran el panorama usual, Orlok es la manifestación de un tiempo adolorido. Ha pasado un siglo y los eventos terribles con los que se relaciona el personaje solo se han transformado, por ello, aún podemos conectarnos con lo terrorífico en él.
Te puede interesar: Las 10 mejores adaptaciones de DráculaEsperamos que esta revisión solo te anime a ver Nosferatu y las otras películas de vampiros que le suceden. Regístrate y consigue 7 días de prueba gratis.